Nunca apuestes una cantidad superior a la que estés dispuesto a perder. Las apuestas tienen un componente de azar y este solo se mitiga en el largo plazo, por lo tanto nunca apuestes cantidades que no puedas perder porque las malas rachas existen.
Apuesta siempre sin contar tus emociones o sentimientos. Ver los eventos desde la distancia y sin dejarse influir por los sentimientos es totalmente fundamental para ser un apostador ganador.
Antes de abrir una cuenta en una casa de apuestas estudia cual puede ser la mejor para tí y para tu forma de apostar. Hay casas de apuestas que se especializan en ciertos deportes y otras más generalistas, es por eso, que debes evaluar los eventos que ofrecen las diferentes casas de apuestas antes de elegir una.
Apuesta siempre en ligas o eventos de las que posees una gran cantidad de información. La información es poder y cuánta más tengas más posibilidades tendrás de acertar.
Estudia todo lo que puedas respecto a los aspectos técnicos de las apuestas deportivas. Hay grandes pronosticadores que pierden o han perdido con las apuestas deportivas debido a que no aplican o desconocen los pilares básicos.
Aprovecha los bonos de las casas de apuestas. Esta es una muy buena forma de empezar en el mundo de las apuestas, ya que obtienes un dinero extra (los bonos) y además te vas familiarizando con las casas de apuestas y sus múltiples opciones.
Planifica tus apuestas deportivas. Es importante que analices todo lo que respecta a las apuestas deportivas y a lo que es una jornada de apuestas.
Evita el overbetting. Muchas veces en las buenas rachas se tiende a apostar más de lo que se debe ya que muchas veces nos puede invadir un sentimiento de invencibilidad. Las buenas rachas se acaban, pero practicando el overbetting las acortarás todavía más.
Cuida tu bankroll al máximo ya que es tu herramienta de trabajo y como tal es la pieza fundamental.